
Sólo eso bastó para captar mi atención y extrañeza, ya que primeramente no es habitual ver algo así frente a una casa.
"Se veían como si en cualquier minuto fueran a salir caminando!", exclamé y les tomé una foto. Ya en casa comenté esto y ya de primera comenzaron con las conjeturas de por qué habían dejado, llegando a crear fábulas f
antásticas sobre gente que deja las cosas botadas para así regalarlas a quienes les hagan falta; otras historias de asaltos y mi mamá con el reparo de que estamos en veranos y que las botas nada tienen que ver con esta temporada. Y bueno, si es aquel dadivoso personaje de la fábula, que regala ropa a la gente pobre, quizás esto era un adelanto de temporada. ¿o no?

Esto también me hace pensar en la posibilidad de que este accesorio de vestir pudiera hablar y contar la historia, su historia. Quizás aquella de una mujer que simplemente las dejó, o incluso aquellas más intrincadas en las que espías dejan sus mensajes...o algo tan pintoresco como la de "la pata negra" que tuvo que dejar sus zapatos afuera mientras huía por la ventana de al lado al llegar la señora del dueño de casa...
Si es por empatizar con el otro, creo que es muy prudente no hacerlo con cualquiera o pareceríamos una suerte de camaleón constante sin un rumbo claro y siempre dando vuelcos. Sin embargo, hoy quisiera conocer esta historia.
En un juego de elucubraciones, ¿cuál crees que podría ser el testimonio que daría este parcito?
Esta obra es publicada bajo una licencia Creative Commons.
1 Comenta Aquí:
Jajaja
si que me hiciste reir con esto...
Saludos que estes bien...
(¬ ¬)
Publicar un comentario